Hace una semana, gracias a Manolo el del bar afrontamos una noche diferente... y es que, Manolo le quitó el chupete a mi hijo, le dijo que tenía "kk" he hizo que lo tiraba a la basura y de escondidas me lo entregó... Fue al momento de salir del bar cuando se le ocurrió hacernos el bendito favor.
Incrédulos mientras volvíamos a casa y siguiendo el consejo, decidimos activar la misión de dormir al niño sin su chupete pacificador!... Ese momento que a muchos padres nos cuesta enfrentarnos, porque supone una sufrir temporal que causa desvelos y te hace quedar como un malo!
Sin embargo esta vez, el malo era Manolo. Su heroísmo, nos facilitó enormemente la labor. Sí, ha costado más de lo habitual que mi hijo se duerma, pero el cambio ha sido repentino en casa y en la guardería con un rotundo éxito. El único trabajo ha sido contestar pacientemente a sus incontables preguntas acerca del paradero de su amiguito de sueños. La respuesta siempre fue, Manolo lo tiró a la basura porque tenía "kk". Inocentemente durante los paseos, mi hijo buscaba a Manolo para pedirle su chupete, hasta que el viernes pasado a salir de la guardería, lo vio, le preguntó y Manolo respondió: Lo tiré!. La cara de mi hijo era de tristeza, pero Manolo el del bar lo supo solucionar, cambió su cara obsequiándole una gran magdalena.
Una semana después, mi hijo recuerda la magdalena que le regaló aquel que un día le quitó su chupete. Quién lo iba a decir y quién lo podía creer. Seguramente solo Manolo, el del bar. Gracias por el favor!